… Ahora bien, pero es lo cierto que de hecho nada pasa, sino que eternamente seguimos condenados todos, cada uno a ser el que es, y no otro nunca, sino siempre el mismo, y, por lo tanto, en realidad no somos innumerablemente iguales, sino todos el mismo y uno solo, y es la necesaria voluntad de cada cual de ser el que es, no otro, la que hace que las cosas necesariamente sean lo que son, que sea el Ser el que es y pueda proclamar con insufrible fanfarronería “Soy el que soy” ... Agustín García Calvo, Sermón de ser y no ser Volvía a casa ya. Iba atenta a los coches, a las cosas que haría al regresar: nada veía. La sombra de la bici proyectaba su silueta alargada entre los campos, y yo no la veía. Pasaba, circulaba, hasta que algo muy simple y muy extraño iluminó la escena y todo se volcó. De pronto yo era todos los que alguna vez fueron en esa coordenada, en esa luz: la madre que habitaba en unas ruinas que antaño fueron casa, el hombre con la
Blog personal de Lola Mascarell. Historias cotidianas, del aula a la poesía