No bastan las veleidades, las furias y los sueños; se necesita algo más: cojones duros. C.P. El extraño artilugio de un poema es una imperturbable realidad que soporta flemática, sin daño, cualquier definición. Es una joya que resplandece en sus palabras justas, las ágatas pulidas de una lengua. Un silogismo para concebir el hecho inconcebible de estar vivo. Un camarada fiel que cobijamos y en la noche del alma nos cobija, Una semicorchea en el concier...
Blog personal de Lola Mascarell. Historias cotidianas, del aula a la poesía